La vitrocerámica es posiblemente uno de los elementos más importantes de la cocina, y al que más uso le damos a diario. Mantenerla limpia suele ser una tarea complicada, sobre todo sino se utilizan los productos adecuados, y se hace con un mínimo de cuidado, para no dañarla en lugar de limpiarla. Si no sabes muy bien como hacerlo, no te preocupes, nosotros te ayudamos y sobre todo te explicamos cómo limpiar la vitrocerámica para tenerla como el primer día que la compraste.
Cómo limpiar la vitrocerámica
A casi nadie se le escapa que las vitrocerámicas, compuestas por cerámica vitrificada como uno de los elementos principales, es bastante sensible. Si no la limpiamos con sumo cuidado podemos dañarla y rayarla con gran facilidad.
Si quieres limpiar de forma adecuada tu vitrocerámica sigue estos consejos que vamos a mostrarte a continuación;
Utensilios de limpieza
Para poder limpiar nuestra vitrocerámica deberás de contar con un par de paños o rodillos. También nos puede de ser gran ayuda una esponja y sobre todo una rasqueta o espátula que puedes adquirir en cualquier supermercado.
El primer paso, lavarla
Lo primero que debemos hacer, con la vitrocerámica fría, es lavarla con agua y un poco de jabón para quitar la suciedad más superficial. De este modo no solo retiraremos suciedad, sino que además humedeceremos la suciedad incrustada que luego eliminaremos. Para esto puede usar un paño, una esponja suave o incluso papel si ves que existen muchas salpicaduras de aceite.
Llegó el momento de usar la espátula o rasqueta para vitrocerámicas
Una vez eliminada la suciedad más superficial, llegó el momento de usar la espátula para dejar totalmente limpia nuestra cocina. Coge la rasqueta con fuerza para que no se te escape, pero no aprietes demasiado sobre la vitro ya que si utilizas demasiado fuerza puedes acabar dañando el cristal.
Si quieres ser un auténtico profesional limpiando vitrocerámicas deberías de coger la rasqueta con una inclinación de 30 grados, para rascar mejor. La mayoría de rasquetas que puedes adquirir vienen preparadas para que sean cómodas casi con cualquier inclinación. Además, suelen tener un pequeño saliente para que puedas apoyar el dedo pulgar o índice y así manejar mejor el artilugio.
Una vez acabes con la rasqueta, usa un paño húmedo, bien escurrido, para eliminar la mezcla de agua y jabón que haya podido quedar, además de la suciedad que hayamos rascado.
Usa un producto limpiador
Ahora, con la placa vitrocerámica limpia ha llegado el momento de usar un producto limpiador. Hay muchas personas que es lo primero que le echan, cometiendo un claro error. En la medida de lo posible es interesante mantenerse alejado de productos de limpieza, hasta que la vitro no está limpia. Además, deberías de evitar productos abrasivos como son los quitamanchas o aquellos destinados a la limpieza de horno. Decántate siempre por productos que aporten brillo al cristal.
Una vez hayas aplicado el producto, retíralo con un paño húmedo o bien con papel de cocina. No estaría mal tampoco leer las instrucciones del propio producto, donde con total seguridad explicará el tiempo que debes dejar actuar el producto, así como la forma más adecuado para retirarlo.
- Limpia eficazmente mientras proporciona el cuidado adecuado a su vitrocerámica
- Ayuda a eliminar todo tipo de suciedad, incluso la más incrustada
- Indicado también para placas de inducción
Seca la superficie de la placa vitrocerámica
Por último, seca la superficie con un paño limpio para que quede limpia y brillante. Si ha seguido todos los pasos de forma correcta notarás como tu vitrocerámica brilla como el primer día y se la ve limpia.
En el caso de que hayas cocinado, sin llegar a manchar demasiado, no es necesario que sigas todos los pasos que te hemos mostrado. Bastará con que pases un paño húmedo y después seques tu placa vitrocerámica. También puedes recurrir a toallitas limpia vitrocerámicas que se venden en supermercados o tiendas especializadas con las que podrás limpiar tu vitro en el caso de que no la hayas ensuciado demasiado.
Eso sí, manches o no demasiado, al menos una vez a la semana deberías de hacer una limpieza completa a tu vitrocerámica. Con esto te asegurarás que esta se mantenga en perfecto estado, además de limpia y reluciente.
¿Has conseguido dejar limpia y reluciente tu vitrocerámica con nuestros consejos?